Centro Gallego de Arte
BIOGRAFÍA
Arquitecto portugués, nacido en Matosinhos, próximo a Oporto, en 1933. Aunque de adolescente se interesa por la pintura y la escultura, con 15 años decide su vocación de arquitecto al descubrir a Gaudí. Comienza sus estudios de arquitectura, en 1949, en la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Oporto, que finalizó en 1955. Durante sus años de estudiante realiza su primer proyecto construido en 1954. Entre 1955 y 1958 colabora en el estudio del arquitecto Fernando Távora.
Imparte clases en la universidad de Oporto, desde 1966 hasta 1969, y se convierte en catedrático de construcción en 1976. Trabaja como profesor invitado y conferenciante en las Universidades de Pennsylvania, Los Andes de Bogotá, la Escuela Politécnica de Lausana, y en la Escuela Graduada de diseño de la Universidad de Harvard.
Álvaro Siza es uno de los arquitectos más conocidos del panorama arquitectónico portugués en la actualidad. Entre su amplia producción cabe destacar: el proyecto para 1.200 viviendas en la calle de Malagueira, en Évora (1977); la casa Avelino Duarte en Ovar (1981-85); el Centro Cultural de Sienes (1982-85); la Escuela Superior de Educación de Setúbal (1986-92); la nueva Escuela de Arquitectura de Oporto (1986-93); la Biblioteca de la Universidad de Aveiro (1988); el Museo de Arte Contemporáneo de Santiago de Compostela (1988-93); o el Centro Metereológico de la Villa Olímpica de Barcelona (1989-92), entre otros.
Entre sus proyectos urbanísticos destacan: el plan urbanístico para Macao (1983-84); el plan de recuperación de Schilderswijk, La Haya (1985); el proyecto de renovación urbana de Giudecca, Venecia (1985); la reconstrucción de la zona incendiada de Chiado (1988); o el plan urbanístico de la Praça de Espanha (1989), ambos en Lisboa.
Participa en diversos concursos internacionales, ganando: el concurso de viviendas Schlesisches Tor, Berlín (1980); el concurso para la recuperación del Campo di Marte, Venecia (1985); el concurso para la renovación del Casino y Restaurante Winkler de Salzburgo (1986); o el concurso para el Centro Cultural de la Defensa (1988-89).
Obtiene el Premio de Arquitectura de la Asociación de Críticos de Arte de Portugal en 1982, y es galardonado por la Asociación de Arquitectos Portugueses en 1987. En 1988 consigue la medalla de oro de Arquitectura del Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos de España; la medalla de oro de la Fundación Alvar Aalto; el premio de Diseño Urbano Príncipe de Gales de la Universidad de Harvard; y el Premio Europeo de Arquitectura de la Comunidad Económica Europea. En 1992 gana el Pritzker Prize y un año más tarde es nombrado Doctor Honoris Causa por la Escuela de Lausana.
Su obra es conocida en todo el mundo, gracias a las numerosas y variadas exposiciones -tanto individuales como colectivas- que realiza: en el Museo de Arquitectura de Helsinki (1982); en el Museo de Alvar Aalto en Finlandia (1992); en la Bienal de París (1985); en el Centro Georges Pompidou de París (1990); o en el MOPU de Madrid (1993), entre otras.
Arquitecto portugués, nacido en Matosinhos, próximo a Oporto, en 1933. Aunque de adolescente se interesa por la pintura y la escultura, con 15 años decide su vocación de arquitecto al descubrir a Gaudí. Comienza sus estudios de arquitectura, en 1949, en la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Oporto, que finalizó en 1955. Durante sus años de estudiante realiza su primer proyecto construido en 1954. Entre 1955 y 1958 colabora en el estudio del arquitecto Fernando Távora.
Imparte clases en la universidad de Oporto, desde 1966 hasta 1969, y se convierte en catedrático de construcción en 1976. Trabaja como profesor invitado y conferenciante en las Universidades de Pennsylvania, Los Andes de Bogotá, la Escuela Politécnica de Lausana, y en la Escuela Graduada de diseño de la Universidad de Harvard.
Álvaro Siza es uno de los arquitectos más conocidos del panorama arquitectónico portugués en la actualidad. Entre su amplia producción cabe destacar: el proyecto para 1.200 viviendas en la calle de Malagueira, en Évora (1977); la casa Avelino Duarte en Ovar (1981-85); el Centro Cultural de Sienes (1982-85); la Escuela Superior de Educación de Setúbal (1986-92); la nueva Escuela de Arquitectura de Oporto (1986-93); la Biblioteca de la Universidad de Aveiro (1988); el Museo de Arte Contemporáneo de Santiago de Compostela (1988-93); o el Centro Metereológico de la Villa Olímpica de Barcelona (1989-92), entre otros.
Entre sus proyectos urbanísticos destacan: el plan urbanístico para Macao (1983-84); el plan de recuperación de Schilderswijk, La Haya (1985); el proyecto de renovación urbana de Giudecca, Venecia (1985); la reconstrucción de la zona incendiada de Chiado (1988); o el plan urbanístico de la Praça de Espanha (1989), ambos en Lisboa.
Participa en diversos concursos internacionales, ganando: el concurso de viviendas Schlesisches Tor, Berlín (1980); el concurso para la recuperación del Campo di Marte, Venecia (1985); el concurso para la renovación del Casino y Restaurante Winkler de Salzburgo (1986); o el concurso para el Centro Cultural de la Defensa (1988-89).
Obtiene el Premio de Arquitectura de la Asociación de Críticos de Arte de Portugal en 1982, y es galardonado por la Asociación de Arquitectos Portugueses en 1987. En 1988 consigue la medalla de oro de Arquitectura del Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos de España; la medalla de oro de la Fundación Alvar Aalto; el premio de Diseño Urbano Príncipe de Gales de la Universidad de Harvard; y el Premio Europeo de Arquitectura de la Comunidad Económica Europea. En 1992 gana el Pritzker Prize y un año más tarde es nombrado Doctor Honoris Causa por la Escuela de Lausana.
Su obra es conocida en todo el mundo, gracias a las numerosas y variadas exposiciones -tanto individuales como colectivas- que realiza: en el Museo de Arquitectura de Helsinki (1982); en el Museo de Alvar Aalto en Finlandia (1992); en la Bienal de París (1985); en el Centro Georges Pompidou de París (1990); o en el MOPU de Madrid (1993), entre otras.
EL PENSAMIENTO ARQUITECTÓNICO
Una de las características más definitorias del pensamiento arquitectónico de Siza es la ¨hipersensibilidad topográfica¨ con la que trata sus proyectos. Para el arquitecto, cada paisaje tiene una estructura oculta, la cual habla de las tensiones y fuerzas en juego. Dichas fuerzas adoptan su primera forma material en el primer esbozo del que, como se verá a continuación, nace el proyecto.
La idea de lugar adopta tal importancia que, para Siza, la arquitectura nace del encuentro entre la idea y el lugar, es decir, del arquitecto que intervendrá sobre el lugar y el lugar en sí. Este encuentro despertará en la mente del proyectista la necesidad de imaginar cómo quedará el lugar una vez intervenido, transformado; y este pensamiento revela casi automáticamente los más mínimos detalles, antes desapercibidos, lo cual rompe los nuevos planteamientos de intervención y hace respetar toda la presencia viva que presenta el lugar.
Tomando a Alvar Aalto como punto de partida, sus edificios se basan en la creación de una topografía totalmente nueva. Sus proyectos surgen como respuestas concisas a las exigencias del lugar, aparecen como recintos acotados y no como objetos impuestos; adaptación al lugar fruto de una investigación continua y paciente y una lenta aproximación al dibujo conforme a los objetivos propios de cada trabajo; nunca son fruto de la inspiración.
Su proximidad hacia la figura de Alvar Aalto radica en el hecho de adoptar sus ideas sobre la necesidad de construir conforme a las exigencias y posibilidades de cada momento, adaptándose a ellas. De hecho, la gran cantidad de exigencias y problemas constituye una barrera que dificulta la aparición de la idea base arquitectónica; dificultades que no siempre pueden ser superadas en su totalidad, lo cual en el caso de Siza se demuestra en sus obras inacabadas, las cuales, según asegura el propio autor, no tienen nada que ver con las estética de lo inacabado, sino precisamente con la imposibilidad de superación de esas barreras que planteaba el proyecto.
Muchos de estos problemas se pueden resolver aumentando el número de personas que piensan responsablemente: se parte de la idea de la primera visita, pero la idea está en el lugar más que en la cabeza de cualquiera, y por eso el proyecto ha de surgir de la primera mirada; otras miradas se irán superponiendo, y lo que nace simple y lineal se va tornando complejo y más cercano a lo que es real.
Como se puede apreciar, el dibujo cobra en Siza un valor especial, convirtiéndose sus esbozos rápidos en un instrumento de trabajo que ayuda a tomar conciencia de la multiplicidad de las tensiones implicadas en cada respuesta a un problema concreto. Ayudan, de hecho, a establecer una relación dialéctica entre intuición y comprobación rigurosa en un progresivo proceso de completa comprensión y visualización. Para Siza, cada dibujo está destinado a captar un momento concreto de una imagen fugaz, y por ello muchas de las cosas que se dibujan fluctúan en el interior del primer esbozo sin orden aparente, aunque este orden se muestre más evidente precisamente en este complejo proceso de visualización y comprensión anteriormente mencionado. Queda claro, por lo tanto, que el dibujo es una herramienta de trabajo, pero no es arquitectura, pues en arquitectura sólo dibujar equivale a esterilizarla: la arquitectura, el proyecto, es dibujo y construcción.
Pero es tal la entidad que tiene para Siza el proyecto que llega a compararlo con un animal voluble y de patas inquietas, el cual:
"Si sus transfiguraciones no son comprendidas, o si se satisfacen sus deseos mas allá de lo esencial, se convierte en un monstruo"
"Si todo aquello que en él parece evidente y bello se fija, queda ridículo"
"Si se le contiene excesivamente, deja de respirar y muere" 1
Con lo que demuestra la evidente necesidad que se presenta en cada proyecto de dominarlo y obtener de él sus valores en la justa medida, siempre controlando el resultado final.
Como ejemplos concretos de cómo proyectar, el autor hace referencia al proyecto de una casa y al de un museo. Para Siza, el proyecto de una casa, a pesar de surgir de formas diferentes en función de la posibilidad y la capacidad de estímulos (difícil y definitivo apoyo del arquitecto), es muy similar al de cualquier otra, pues se trata de una serie de elementos que se integran en un todo único (paredes, lavabos...). Por el contrario, el proyecto de un museo requiere una especial dedicación, pues debe tener en cuenta que la luz que bañe su interior debe ser delicada e impasible, con lo que consigue no interferir en los ambientes y luces de las propias obras.
Otras características distintivas de la producción de Siza son el uso de los materiales locales, la defensa del trabajo artesano y el aprovechamiento de las sutilezas de la luz local, sin por ello excluir la forma racional y los avances de la técnica. De hecho, para Siza la tradición es un reto a la innovación, pero es innegable que la arquitectura avanza gracias al empeño de los arquitectos por emplear los nuevos materiales y técnicas, del interés por ser moderno.
Pero, evidentemente, no todo es obra de nueva planta, sino que la tarea del arquitecto es en gran medida la reconstrucción, lo cual es un problema de diferente resolución, pues el arquitecto se ha de mover entre compromiso con la cultura local y transformación, pues reconstruir un lugar provoca una lucha de tendencias que tiene gran influencia en el equilibrio cultural de las comunidades. A veces este orden se universaliza, pudiendo estar o no vinculado a los modelos de partida, pero siempre teniendo presente que las ruinas dan forma a las nuevas estructuras, las modifican. El mundo entero y su memoria dibujan continuamente la ciudad.
La obra de Siza, como resumen general, podemos caracterizarla como delicadamente situada sobre el terreno y resuelta siempre ateniéndose a unos criterios de aceptación cultural y empleo de materiales autóctonos, con un cuidado estudio de la luz y una evidente preocupación por el conservadurismo y tradicionalismo.
Obras más representativas
Jürgen Partenheimer, Centro Gallego de Arte Contemporaneo, CGAC, Santiago de Compostela, 1999
Restaurante Da Boa Nova (1958)
Piscinas en Leça de Palmeira (1966)
Schlesisches tor Housing en Berlín (1988)
Facultad de Arquitectura de Oporto (1988)
Centro meteorológico de la Villa Olímpica, Barcelona (1992)
Centro Galego de Arte Contemporánea. Santiago de Compostela (1993)
Iglesia en Marco de Canaveses (1996)
Edificio del Rectorado de la Universidad de Alicante (1997)
Pabellón de Portugal para la Exposición Universal de Lisboa (1998)
Fundación Serralves, Oporto (1999)
Casa Vieira de Castro
Poliesportiu Ribera Serrallo, en Cornellà de Llobregat (2004)
Paraninfo de la Universidad del País Vasco, Bilbao (En construcción)
Fundación Iberê Camargo, en Porto Alegre (2008)
Una de las características más definitorias del pensamiento arquitectónico de Siza es la ¨hipersensibilidad topográfica¨ con la que trata sus proyectos. Para el arquitecto, cada paisaje tiene una estructura oculta, la cual habla de las tensiones y fuerzas en juego. Dichas fuerzas adoptan su primera forma material en el primer esbozo del que, como se verá a continuación, nace el proyecto.
La idea de lugar adopta tal importancia que, para Siza, la arquitectura nace del encuentro entre la idea y el lugar, es decir, del arquitecto que intervendrá sobre el lugar y el lugar en sí. Este encuentro despertará en la mente del proyectista la necesidad de imaginar cómo quedará el lugar una vez intervenido, transformado; y este pensamiento revela casi automáticamente los más mínimos detalles, antes desapercibidos, lo cual rompe los nuevos planteamientos de intervención y hace respetar toda la presencia viva que presenta el lugar.
Tomando a Alvar Aalto como punto de partida, sus edificios se basan en la creación de una topografía totalmente nueva. Sus proyectos surgen como respuestas concisas a las exigencias del lugar, aparecen como recintos acotados y no como objetos impuestos; adaptación al lugar fruto de una investigación continua y paciente y una lenta aproximación al dibujo conforme a los objetivos propios de cada trabajo; nunca son fruto de la inspiración.
Su proximidad hacia la figura de Alvar Aalto radica en el hecho de adoptar sus ideas sobre la necesidad de construir conforme a las exigencias y posibilidades de cada momento, adaptándose a ellas. De hecho, la gran cantidad de exigencias y problemas constituye una barrera que dificulta la aparición de la idea base arquitectónica; dificultades que no siempre pueden ser superadas en su totalidad, lo cual en el caso de Siza se demuestra en sus obras inacabadas, las cuales, según asegura el propio autor, no tienen nada que ver con las estética de lo inacabado, sino precisamente con la imposibilidad de superación de esas barreras que planteaba el proyecto.
Muchos de estos problemas se pueden resolver aumentando el número de personas que piensan responsablemente: se parte de la idea de la primera visita, pero la idea está en el lugar más que en la cabeza de cualquiera, y por eso el proyecto ha de surgir de la primera mirada; otras miradas se irán superponiendo, y lo que nace simple y lineal se va tornando complejo y más cercano a lo que es real.
Como se puede apreciar, el dibujo cobra en Siza un valor especial, convirtiéndose sus esbozos rápidos en un instrumento de trabajo que ayuda a tomar conciencia de la multiplicidad de las tensiones implicadas en cada respuesta a un problema concreto. Ayudan, de hecho, a establecer una relación dialéctica entre intuición y comprobación rigurosa en un progresivo proceso de completa comprensión y visualización. Para Siza, cada dibujo está destinado a captar un momento concreto de una imagen fugaz, y por ello muchas de las cosas que se dibujan fluctúan en el interior del primer esbozo sin orden aparente, aunque este orden se muestre más evidente precisamente en este complejo proceso de visualización y comprensión anteriormente mencionado. Queda claro, por lo tanto, que el dibujo es una herramienta de trabajo, pero no es arquitectura, pues en arquitectura sólo dibujar equivale a esterilizarla: la arquitectura, el proyecto, es dibujo y construcción.
Pero es tal la entidad que tiene para Siza el proyecto que llega a compararlo con un animal voluble y de patas inquietas, el cual:
"Si sus transfiguraciones no son comprendidas, o si se satisfacen sus deseos mas allá de lo esencial, se convierte en un monstruo"
"Si todo aquello que en él parece evidente y bello se fija, queda ridículo"
"Si se le contiene excesivamente, deja de respirar y muere" 1
Con lo que demuestra la evidente necesidad que se presenta en cada proyecto de dominarlo y obtener de él sus valores en la justa medida, siempre controlando el resultado final.
Como ejemplos concretos de cómo proyectar, el autor hace referencia al proyecto de una casa y al de un museo. Para Siza, el proyecto de una casa, a pesar de surgir de formas diferentes en función de la posibilidad y la capacidad de estímulos (difícil y definitivo apoyo del arquitecto), es muy similar al de cualquier otra, pues se trata de una serie de elementos que se integran en un todo único (paredes, lavabos...). Por el contrario, el proyecto de un museo requiere una especial dedicación, pues debe tener en cuenta que la luz que bañe su interior debe ser delicada e impasible, con lo que consigue no interferir en los ambientes y luces de las propias obras.
Otras características distintivas de la producción de Siza son el uso de los materiales locales, la defensa del trabajo artesano y el aprovechamiento de las sutilezas de la luz local, sin por ello excluir la forma racional y los avances de la técnica. De hecho, para Siza la tradición es un reto a la innovación, pero es innegable que la arquitectura avanza gracias al empeño de los arquitectos por emplear los nuevos materiales y técnicas, del interés por ser moderno.
Pero, evidentemente, no todo es obra de nueva planta, sino que la tarea del arquitecto es en gran medida la reconstrucción, lo cual es un problema de diferente resolución, pues el arquitecto se ha de mover entre compromiso con la cultura local y transformación, pues reconstruir un lugar provoca una lucha de tendencias que tiene gran influencia en el equilibrio cultural de las comunidades. A veces este orden se universaliza, pudiendo estar o no vinculado a los modelos de partida, pero siempre teniendo presente que las ruinas dan forma a las nuevas estructuras, las modifican. El mundo entero y su memoria dibujan continuamente la ciudad.
La obra de Siza, como resumen general, podemos caracterizarla como delicadamente situada sobre el terreno y resuelta siempre ateniéndose a unos criterios de aceptación cultural y empleo de materiales autóctonos, con un cuidado estudio de la luz y una evidente preocupación por el conservadurismo y tradicionalismo.
Obras más representativas
Jürgen Partenheimer, Centro Gallego de Arte Contemporaneo, CGAC, Santiago de Compostela, 1999
Restaurante Da Boa Nova (1958)
Piscinas en Leça de Palmeira (1966)
Schlesisches tor Housing en Berlín (1988)
Facultad de Arquitectura de Oporto (1988)
Centro meteorológico de la Villa Olímpica, Barcelona (1992)
Centro Galego de Arte Contemporánea. Santiago de Compostela (1993)
Iglesia en Marco de Canaveses (1996)
Edificio del Rectorado de la Universidad de Alicante (1997)
Pabellón de Portugal para la Exposición Universal de Lisboa (1998)
Fundación Serralves, Oporto (1999)
Casa Vieira de Castro
Poliesportiu Ribera Serrallo, en Cornellà de Llobregat (2004)
Paraninfo de la Universidad del País Vasco, Bilbao (En construcción)
Fundación Iberê Camargo, en Porto Alegre (2008)
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